Estrategias para entrenar y adaptarse a la natación en aguas abiertas frías

A medida que la natación en agua fría gana popularidad, cada vez más nadadores se lanzan a lagos, ríos y mares. Nadar en agua fría no solo tiene beneficios físicos sino también ventajas para la salud mental. Las estrategias adecuadas y la adaptación son clave para disfrutar y sobresalir en cualquier travesía de natación en aguas abiertas. Ahora vamos a sumergirnos en métodos que ayudarán a tu cuerpo a adaptarse y prosperar al nadar en aguas abiertas heladas

Evita el choque por agua fría

Sumergirse directamente en aguas heladas puede provocar una peligrosa respuesta de choque por frío como jadeo, aumento del ritmo cardíaco y pánico. Comienza con inmersiones cortas, entrando lentamente y mojando primero la cara. Durante varias semanas, incrementa gradualmente tu tiempo en el agua fría mientras usas un traje de neopreno para conservar el calor. La exposición repetida ayuda a reducir la intensidad del choque por frío cada vez, ya que tu sistema cardiovascular se acostumbra al frío. Al aumentar lentamente la duración de la natación, la capacidad de aislamiento y retención de calor de tu cuerpo mejora, minimizando riesgos de hipotermia y caída de temperatura posterior. Reconocer tus límites y salir antes de incapacitarte por el frío es crucial. La aclimatación gradual desarrolla una tolerancia efectiva al frío dando tiempo a tu cuerpo para ajustar su regulación térmica.

Mantente cálido en aguas heladas con equipo aislante

Al lanzarte a aguas abiertas heladas, contar con el equipo aislante adecuado es indispensable para tu seguridad y rendimiento. Trajes de neopreno, gorros, botas y guantes proporcionan calor esencial y evitan la pérdida de calor, especialmente en extremidades como manos y pies que se enfrían rápido. Las botas de neopreno protegen los pies de peligros y retienen el calor. Guantes de diferentes grosores protegen los dedos y manos, que pierden calor más rápido. Cubrir la cabeza también es importante, ya que hasta el 45% del calor corporal puede escaparse por esta zona. Para más consejos sobre agua fría visita: https://deboerwetsuits.com/pages/cold-water-tips

Calentamiento previo a la natación

Es importante elevar tu ritmo cardíaco, aumentar la movilidad de la columna y los hombros, y activar el core para estar listo para el choque por frío. Hacer ejercicios en seco evita un enfriamiento prematuro antes de entrar en agua muy fría.

Aquí hay algunos ejercicios recomendados para el calentamiento:

-Balanceos y círculos de brazos (Balancea los brazos a través de tu cuerpo y haz círculos hacia adelante y hacia atrás para calentar y movilizar los hombros y la parte superior del cuerpo, imitando el movimiento de la natación.)

-Saltos de tijera o trotar en el lugar (Hacer saltos de tijera o trotar en el lugar durante 1-2 minutos elevará tu ritmo cardíaco y hará que la sangre fluya para ayudar a tu cuerpo a adaptarse mejor al agua fría.)

-Toques en los muslos en plancha (En posición de plancha, toca tus muslos uno a la vez con las manos alternas para activar el core.)

-Giros de columna (Acostado de espaldas, balancea tus piernas a través de tu cuerpo para girar la columna y aumentar la movilidad del torso)

Aperturas de pecho (De pie en una postura dividida, levanta los brazos en posición de "T" y junta los omóplatos para abrir el pecho y mejorar la respiración.)

-Zancadas (Zancadas hacia adelante para abrir tus flexores de cadera y activar los músculos de las piernas.)

Evitando riesgos potenciales

La seguridad siempre debe ser la máxima prioridad. Nunca nades solo, especialmente si es tu primera vez en aguas abiertas o en aguas abiertas frías. Siempre se recomienda un compañero o vigilante para mantener los ojos en ti en todo momento. Antes de entrar, verifica condiciones como corrientes, mareas, clima y posibles peligros. Usa un gorro de natación brillante y una boya de arrastre para aumentar la visibilidad ante botes y otros alrededor. Conoce tus límites y sal si comienzas a sentir entumecimiento o muestras signos de hipotermia como temblores incontrolables. Ten una bebida caliente y ropa seca lista en la orilla para un calentamiento eficiente. Lo más importante, no intentes una natación extrema en frío hasta que te hayas aclimatado adecuadamente con el tiempo. Con las precauciones y preparación adecuadas, puedes afrontar cualquier viaje en aguas abiertas de forma segura.

Sé constante

Para minimizar la respuesta de choque por frío y desarrollar una tolerancia duradera al frío, los nadadores deben comprometerse a inmersiones regulares en agua fría. Apunta a al menos una natación en agua fría por semana, aumentando gradualmente la duración e intensidad con el tiempo. Esta exposición constante permite que el cuerpo inicie adaptaciones fisiológicas como reducir el flujo sanguíneo en ciertas áreas para mantener el calor central de manera más eficiente y disminuir el reflejo de jadeo. Con cada semana que pasa, la resistencia al frío mejora a medida que el sistema cardiovascular se acondiciona. A medida que los nadadores se acostumbran al frío mediante la repetición, la barrera mental de tolerar la incomodidad desaparece. El control de la respiración y la ansiedad se vuelve algo natural en las profundidades heladas. Las pausas largas entre sesiones de agua fría pueden borrar rápidamente el progreso, así que haz de la natación en agua fría un ritual semanal constante en tu viaje de natación en aguas abiertas.

Un plan vital de calentamiento post-natación

Después de salir de las aguas frías, es importante tener un plan de calentamiento para prevenir efectos peligrosos de descenso térmico, donde la temperatura central del cuerpo sigue bajando. En el momento en que emergas, quítate rápidamente todo el equipo mojado y abrígate con capas cálidas y secas como batas acogedoras o parkas forradas de forro polar. Ten a mano una bebida caliente para elevar tu temperatura central desde el interior. Trata de evitar la exposición súbita al calor; en su lugar, permite que tu cuerpo se reaclimate gradualmente durante 30-60 minutos. Este proceso controlado mejora la seguridad y también repone la energía sustancial gastada a través del temblor y otros mecanismos de producción de calor. Rehidrátate adecuadamente con líquidos tibios para restaurar el equilibrio de fluidos alterado por el frío.


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